Como la mano de un mondongo

Hola amigos. ¿Sorprendidos por el título del artículo? Algunos de Puente Tocinos quizá hayáis oído esta frase. Es muy simpática y se refiere a alguien que está calvo: "Aquél está como la mano de un mondongo". Pues bien, así me iba a quedar yo
y aún corro peligro. En el vídeo del cumpleaños del Niño de Orce se pueden escuchar unas significativas palabras con una voz muy sensual (la del Niño) que dice "y pelo cayendo" refiriéndose a mí. Recibí también unas fotos de mi coronilla por email con la leyenda "Es pa preocuparse o no?". Estas agradables y reconfortantes misivas llevaban como remitente a mi compañero de piso ya citado por tres veces en este post: Gabri.
Tras probar todo tipo de remedios caseros, incluído pasar la cabeza por la tripa de una embarazada o que me la chupara una vaca, la cabeza claro, decididí acudir al dermatólogo. Me mandó una loción muy pringosa que daba un asco que te morías. Todo el día chorreando manteca por toda la frente. La otra solución eran unas pastillas que costaban 60 euros al mes. La madre que las parió. Empecé a zamparmelas y a los pocos meses el pelo de la cabeza dejó de caerseme. Se llamaban Propecia, maravillosas, si no fuera por su excesivo precio. Yo no quería estar como la mano del mondongo ese que me decía mi madre, ni el Niño, yo quería pelo o pelamen. Entré en bancarrota al poco tiempo.
Un día, un gran amigo, me comentó que también las tomaba. Lo más gracioso es que las compraba por Internet anca Cristo. En la pagina www.unitedpharmacies.com La diferencia de precio era brutal. Por 120 euros tenía para casi un año. 600 euros de ahorro al año. Ahora sí, en ambos casos, dejar de tomar las pastillas supone: mondongo. Si te estás quedando calvo y quieres mi consejo, tómate las pastillicas y verás que bien. Llegarás con pelo a tu boda o a la mía. Las pastillas se llaman Finpecia en esta versión Low Cost pero igual de efectiva. Un abrazo para todos mis fans y espero que os guste esta exclusiva médica de los Laboratorios Maciste.