Piel de Cordero

Queridos amigos. El lobo ¿feroz? llegó el otro día a la puerta de la Moncloa. Llamó a la puerta y convenció al que allí habitaba de que sus intenciones eran buenas. Llevaba una piel de cordero que ocultaba sus verdaderas intenciones. Pero todos pensaron que abía cambiado, que la manipulacion y las mentiras quedaban tapadas con esa piel raquítica. Que todo el tiempo que había pasado utilizando el terrorismo como arma electoral ya no le pasaría factura. Los medios dieron todo por bueno con tal de estar unidos contra los terroristas, yo tambien lo vi bien. Pero el pastel se descubrió a la mañana siguiente cuando ante toda su parroquia se quitó el disfraz. Todos empezaron a jalear a su líder al comprobar la artimaña. Babeaban sólo de pensar en los resultados electorales del engaño. Los micrófonos quedaron abiertos y todos pudimos comprobar que, en efecto, el lobo aulla y de qué manera. Aún hay tiempo de reaccionar, de desvelar nuestros logros y nuestras bondades, también de hacer autocrítica, pero sobre todo de entender que no es tan fiero el lobo como lo pintan, pero que si lo pintan así, por algo será.